Epílogo

Hola Tirillas. Esto se acabó, ayer llegué vivo a Santiago. Entré en la Plaza del Obradoiro sobre la 13:30; empapado, sin frenos en la bici y con 80 céntimos en los bolsillos. En los primeros momentos experimenté un cóctel de sensaciones: alegría, alivio, emoción, vacío, paz interior.... Estuve como unos quince minutos tirado en los soportales de enfrente a la fachada simplemente observando la maravilla que tenía delante y recordando los malos momentos que tuve que pasar para llegar hasta allí. El crono marca 846 km. Grandes batallas todos los días para la conquista final: la Batalla del Alto del Perdón, de los Montes de Oca, de la Cruz de Hierro, del Cebreiro, del Alto del Poio.... y otra batalla durísima; la del tiempo ( frío, lluvia, nieve, niebla, viento.... ). Mientras espero que Moncho me venga a recoger paseo por la Plaza da Pratería, a Plaza da Quintana.... y empiezo a recordar los buenos momentos: la cena en Roncesvalles con los malagueños, un desayuno con un señor de Alicante, la charla con una bicigrina francesita ( ummm !!! ), la visita al ermitaño de Manjarín, la cena en la Taberna Julio de Belorado, conversaciones con caminantes guiris ( alemanes, holandeses, belgas... ), paisajes preciosos, puentes romanos, rios, calzadas, catedrales, acentos, comidas, vinos.... y sobre todo las anécdotas compartidas con el compadre Luís "the Mexican". Con Luís comparto cenas y
charlas sobre gastronomía, vinos, tequilas, deporte;intercambiamos opiniones sobre las costumbres de nuestras zonas, visitamos a mecánicos malhumorados, sufrimos como "pinches cabrones" en la bici e instauramos dos bebidas oficiales para el camino; el Flectomin y el Rioja para calentarnos todos estos días de frío.
Cuando me encuentro con Moncho se queda un poco impresionado con el aspecto que traigo ( barba descuidada, todo embarrado, oliendo a tigre, con los labios cortaos... ) pero el muy cabrón se regocija de mi dolor y se mofa de mi aspecto ( jejeje ); de todas formas sólo perdí dos kilos y medio porque por las noches en la cena comía como un león hambriento.
Lo último que hacemos en Santiago es recoger la Compostela y sacarnos unas fotillos con los sponsors de esta aventura; en casa me espera una paellita materna ("que eso non hai cartos que o paje")y por la tarde sesión recuperatoria en el Spa.
Hogar dulce hogar; ya no tendré que aguantar los ronquidos, las toses, los olores y los pedos de los guiris en los abergues....jejeje!!! Daros las gracias a todos los que me seguísteis y apoyásteis en especial a Moncho por su impagable función logística y de portavocía ( multidepartamento siempre ) y al caballero "Andrés del Sable Grande" por proporcionarme esa gran montura que fue "La Flecha Azul" ( ni un solo problema mecánico ).

Como si de una fábula se tratara yo también saqué mi moraleja y ésta tiene que ver con el afán de superación y con el ser fuerte y tirar "pa lante" cuando vienen mal dadas. No iba buscando una experiencia místico-religiosa porque soy medio hereje y
me encontré con una experiencia físico-espiritual como metáfora de la vida: el creer en uno mismo y luchar para vencer todos los problemas que puedan surjir. ( Como se me va la olla!!!! ).

Un saludo Tirillas!!! Espero tener fotos en breve. Buen Camino!!!