Villadongos-Molinaseca (75 km aprox.)

Etapa corta pero intensa y preciosa. Salimos ya tarde de Villadongos porque el pinche cabrón de Luis se siente indispuesto tras la cenaca de ayer. Una de nuestras primeras paradas es Hospital de Orbigo pueblo muy bonito y con un significado especial para mi porque de allí proviene mi apellido ( Don Suero de Quiñones , noble caballero ). Allí nos sacamos unas fotos en el puente romano y seguimos hasta llegar a Astorga. En astorga hacemos una parada de media hora para tomar un cola cao y un mantecado típico de la zona. De Astorga nos quedan unos veinte km de ascensión hasta la Foncebadón y la Cruz de Hierro. Ascendemos los primeros 10 km ( y más suaves ) para llegar a otra maravilla de piueblo Rabanal del Camino. En Rabanal comemos, sellamos y nos sacamos otras fotos hasta que partimos con fuerzas y ánimos renovados hacia Foncebadón. Ahora ya si las pendientes son mucho más duras y a medida que vamos llegando a la cima vamos encontrando más nieve. Nos sacamos unas fotso en la cima, La Cruz de Hierro, y durante ese tiempo comienza a nevar. Nos cagamos de frio y llegamos al Refugio de Manjarín que "regenta" un hippie ermitaño curioso, simpático y amable que nos ofrece café caliente. El ermitaño nos comenta que tengamos mucho cuidado en el descenso pq ya la palmaron varios ciclistas por culpa de las heladas y las imprudencias suicidas. Desdendemos Foncebadón vertiginosamente a pesar de lllevar las manos en los frenos y llegamos congelados y sin sentir las manos a otra preciosdad de pueblo, Molinaseca. Allí decidimos hacer noche, nos tomamos unos vinos por las tabernas y cenamos bien.
Hasta hoy a la mñana que el amigo Luís me tiene que abandonar pq ya no soporta unos dolores en el menisco. Salimos de Molinaseca hacia Ponferrada donde lo acompaño a la estación de buses. Nos damos un abrazo y quedamos de vernos en dicimebre para que deguste las bondades de nuestra tierra. Yo parto de Ponferrada hacia Villafranca del Bierzo durante unos 20 km. Hasta ahora que estoy escribiendo esto. Son las doce menos cinco y ahora estoy a punto de ascender el infenal Cebreiro. Se me acaba el tiempo del ordenador. Seguiré contando.